Voces de campo

“Uno de los sueños más grandes mi padre, que en paz descanse, ha sido tener una florería. Con la ayuda de algunas instituciones, creo que estoy haciendo realidad su sueño, que ahora también es el mío. Con la floricultura sí o sí requieres un técnico, un ingeniero agrónomo que te oriente. Gracias a la ayuda que recibí, me veo como una Elena que ha logrado lo que se ha propuesto, una Elena que ayuda a su familia, a sus hermanos menores. Una Elena que va a seguir luchando para salir adelante”.

“Yo estoy muy contento, muy satisfecho con el orégano. Que los productores trabajen sin miedo el orégano, hay que cultivar aún mucho más, porque sé que hay mercado para el orégano, entonces hay que poner mucha más fuerza y cultivar más. Al mejorar el ingreso, todo en el hogar mejora. Nos han ayudado mucho, queremos que lo sigan haciendo, porque es un proceso que da resultado”.

“Nosotros venimos recibiendo apoyo de Fundación Valles desde 2002. Así hemos podido mejorar nuestros cultivos de frambuesa. Yo siempre he pensado que voy a tener frambuesa para exportar, y voy a poder exportar. Estoy convencido de que voy a tener éxito”.

“Antes no manejábamos las huertas como lo hacemos ahora. Gracias al Proyecto, implementamos las huertas. Gracias a los cursos que recibimos, nos fuimos capacitando y aprendimos a controlar las plagas y enfermedades. Ahora sabemos cosechar, seleccionar, embalar y etiquetar las frutas. Yo quiero ser un productor excelente de durazno para en el futuro vivir de la fruticultura y con eso, sostener a mi familia y poder darles a mis hijos la posibilidad de estudiar”.

“Empezamos mejorando la semilla y continuamos con el control de plagas. El objetivo es producir cada vez más, mejorar la calidad y la cantidad para poder competir en el mercado internacional. Quiero agradecer a la Fundación Valles por el apoyo, queremos que nos sigan ayudando para crecer cada vez más y más”.